DEL HUERTO AL LABORATORIO

 Las espinacas que sembramos hace casi dos meses ya han crecido lo suficiente para poder recoger algunas hojas tiernas y verdes.

Con ellas hemos estudiado en el laboratorio la importancia de los pigmentos que les dan ese color verde tan intenso y otros pigmentos que no son visibles a simple vista (los que le dan un color mas amarillo y anaranjado). 



Ha sido muy interesante ver como a medida que el disolvente que los contenía ascendía por capilaridad a través del papel de filtro, se iban diferenciando los distintos colores de clorofila y aparecían también las xantofilas y carotenos. Sin esas moléculas capaces de convertir la energía del sol en energía química, nuestras plantas no podrían fabricar la materia orgánica de la que todos obtenemos energía.






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